Con canciones nacidas en compañía de su guitarra, estilísticamente el disco suena a rock, con tibios coqueteos a otros estilos como el pop, blues ("Mientras Cae La Noche"), funk ("Vamos Levantando") y el Hard Rock de finales de los 80's. En esto último vale destacar "Seguir Atados"; "La Distancia"; "Tus Cartas Marcadas"; y "Locura Entre Las Manos", que al escucharlas no hacen otra cosa que remitirme indefectiblemente al Whitesnake del disco "1987".
Por el lado del pop tenemos a "Lo Que Soy", que de forma inconsciente remite al "Just Take My Heart" de Mr. Big, pero en un tono más cursi y como si a ésta la interpretara Alejandro Lerner (!).
Vocalmente, aunque el sonido y tono que eligió Pablo para interpretar sus canciones me recuerda demasiado a Luis Barni, el disco intenta seguir la misma línea de su música, ser variado. Sobre todo cuando intervienen los cantantes invitados en "Lo Que Soy" y "Te Sueño", pero aún así cae en la monotonía y repetición de recursos durante más de una vez. Ejemplo de esto es el estribillo de "La Distancia", el cual rítmicamente es idéntico al de la canción "Al Final Donde Vas". Algo similar, pero aplicado de otra forma, es lo que ocurre a las canciones "Vamos Levantando"; "Tus Cartas Marcadas"; "Te Sueño"; y "El Sol De Los Placeres", en donde llegando sobre el final de las mismas es que sus respectivos estribillos no hacen más que repetirse de manera contínua una y otra vez, logrando así perder todo atisbo de agrado para con la canción por la repetición de este recurso.
Musicalmente, en lo instrumental, y a nivel interpretativo, aunque técnicamente prolijo, el disco carece de personalidad, de vuelo, sobre todo en lo que respecta a la base formada por la batería y el bajo. Instrumentos que al escucharlos suenan forzados, dubitativos, como si sus interpretes ejecutasen todo a tientas, sin saber realmente de que va la canción que están tocando, o cual es el objetivo de la misma. Esto se hace muy evidente al escuchar a Pablo interpretar con mucha energía (y cierta entrega a nivel vocal) canciones como "Seguir Atados" y "Te Sueño", en donde la pasividad demostrada por los instrumentos antes mencionados restan vértigo y fuerza a canciones que perfectamente podrían haberse comprado el disco de entrada. Otro ejemplo de esto es "Tus Cartas Marcadas", en donde a partir del minuto 02:55 la base sostenida por el baterísta se empantana, queriendo agregar fuerza y vertigo produce todo lo contrario. Lo mismo ocurre en "Vamos Levantando", en donde el conjunto suena desarmado, sin una guía, evidenciando problemas de tempo en el baterísta, sobre todo al escuchar dos pifies (uno en el minuto 02:02 y otro en el minuto 02:27).
A todo esto, las guitarras son lo más logrado del disco, con riffs y arreglos muy bien armados y dispuestos en favor de las composiciones. Con solos de calidad y buen gusto, de sonido e intenciones claras, con buena técnica e interpretación acorde, los cuales ante la carente falta de identidad musical del resto de la banda, empalidecen.
A nivel lírico el disco es confuso. Como un todo indefinido en donde se mezclan lo personal, con lo externo, como si se tratase de una neurosis sin resolver, en donde el camino recorrido no es suficiente y sin saber porque. Generalmente apuntando hacia personajes externos, como en "Al Final Donde Vas", que con su final irresoluto deja más dudas que certezas. Las letras intentan ser profundas, imaginativas, pero caen en lo obvio, lo repetitivo o lo esquivo. Cuando intenta ser sincero, exterioriza. Cuando quiere exteriorizar, el resultado es contrario. Aparte de lo ya mencionado, los textos sufren muchas falencias en lo gramatical, rozando el constante rebusque, dejando la sensación de que los mismos nacieron de forma independiente a la música para luego ser 'incrustados' de alguna forma en que suene decorosa y prolija al oído.
Entrando en lo sonoro, la obra cumple con lo que pretende, claridad y definición son dos palabras que le calzan justo.
Como escucha indispensable, en donde se disfrutan los puntos fuertes de Scalabrelli como compositor e interprete tenemos a "Seguir Atados"; "Tus Cartas Marcadas"; "Locura Entre Las Manos"; y "Mientras Cae La Noche", en donde logra un resultado más que agradable por lo directo, fresco y entrador que se respira en estas canciones.
Vale resaltar la versión acústica de "Tus Cartas Marcadas" que cierra el disco, en donde de forma casi exquisita la canción es arreglada a tal punto de elevarse a otro nivel, el cual se ve algo empalidecido al ser vocalmente un copy/paste de la versión original. Quizás si en las voces hubiese sido también renovada su interpretación el resultado sería aún más auspicioso. Lo mismo para con el track escondido al final de la última canción, el cual es una versión instrumental de "Seguir Atados" que me recuerda mucho a "Respect The Wind" de Eddie Van Halen, pero desarmado.
"Lo Que Soy", un disco que nos muestra a un Pablo Scalabrelli que tal cual reza el estribillo de la primer canción del disco, este busca "No seguir alucinando en brillos huecos".
Mr. Moonlight.
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