jueves, 13 de agosto de 2015

Rata Blanca "Tormenta Eléctrica" (2015).

Noveno disco de estudio con material original de la banda hoy auto denominada o encasillada en el 'Rock Metálico', otrora cultores de 'Heavy Metal' y 'Hard Rock'.
Lo cierto es que hoy por hoy la agrupación nos trae 11 canciones plagadas de puro rock, en donde muchas veces recuerda más a AC/DC que al Deep Purple o Rainbow al que nos tenían acostumbrados. Más allá de esa diferencia, éste disco tiene un problema de contexto, ya que si lo vemos desde el lado artístico/cultural por el que desde hace más de una década atraviesa el mercado discográfico Argentino (y latinoamericano también) en donde se considera como bandas de rock a grupos como Tan Biónica, Bersuit Vergarabat, Kapanga, o tantas otras que suenan más bailables que otra cosa, entonces si, el nuevo disco de Rata Blanca es una excelente obra de rock a rajatabla y sin dudas sirve para reivindicar la palabra como tal dentro de un género tan bastardeado.
Pero, si vemos el desarrollo de Rata Blanca a nivel musical desde su primer disco (y sin tener en cuenta la variedad de cantantes que ha sufrido el grupo) "Tormenta Eléctrica" es soporífero, aburrido, redundante, carente de vértigo, emoción u objeto. Y una cosa es decir que la banda se haya dedicado a hacer 'más de lo mismo', porque casi que no habría problemas con ello si la misma mantuviera las cotas de calidad acostumbradas, pero acá no es así. O sea, si, es más de lo mismo, pero adelgazado, bajo en calorías, sin fuerza, como si se tratase de un yogur para quienes tienen transito lento, pero más insípido. Si observamos la obra como lo que es: 11 canciones de rock, con algo de AOR, y algún que otro solo medianamente inspirado, el disco sigue adoleciendo de los mismos problemas antes mencionados, solo que con el agregado de ser demasiado pretencioso, dando por resultado una obra plástica, carente de emotividad, y fuera de época, anticuada. Con letras que rozan la ridiculés y lo absurdo, en donde uno no sabe si está leyendo algo escrito por Pomelo o si directamente todo lo expuesto es un chiste que nadie explico muy bien de que iba. Ya que leer que una persona de 55 años de edad como lo es Walter Giardino, que vive desde hace más de 10 años en España, escribe en la canción "Buscando pelea" la frase "Somos los hijos de la noche, los que sangramos por el rock, almas rebeldes y diferentes", no representa otra cosa que una fantasía de marketing ridícula, obsecuente por demás, e irreal en toda su dimensión. Que si es por esgrimir fantasías se hubiese quedado con las leyendas, las hadas, y los magos, no con semejante burrada disfrazada de rebeldía. Otro aspecto no menos alarmante es ver como la introducción de esa misma canción es casi idéntica a la de la canción "Guerrero de Luz" de la banda Patán, grabada en 2010.
Hay que reconocer que a nivel compositivo e instrumental Rata Blanca nunca fue Dream Theater, ni mucho menos, lo cual no justifica que las canciones tengan un tratamiento tan 'banda de garage', al grado tal de volver insufrible y al mismo tiempo irrisoria la escucha. Porque una cosa es producir las canciones con cierta simpleza sin dejar de lado la efectividad, y otra cosa es esbozar intentos de ambientes épicos de forma irresoluta y repetitiva pretendiendo que eso produzca cierto gancho por insistencia más que por calidad. Es lamentable que una banda con tantos años de trayectoria se despache con un disco tan monótono y aburrido, con composiciones de catalogo, sin riesgos o novedad alguna, careciendo de frescura, y otorgando una experiencia tan olvidable como lo es el tema instrumental "Batalla Persa", el cual no tiene nada de batalla, ni tampoco de Persa, y que parece más un 'toquemos tres acordes durante 5 minutos que el resto lo rellenamos en vivo con lo que se nos ocurra' antes que otra cosa.
Vale mencionar que las únicas dos canciones que, sin tomar en cuenta lo insulso de las letras, resultan ciertamente frescas a nivel melódico son "El jugador" y "Pequeño angel oscuro", más que nada por lo logrado del resultado, sonando AOR y ganchero. El resto es simplemente olvidable.
"Tormenta Eléctrica", una obra que sin llegar a ser mala u horrible es gracias a sus pretenciosas fantasías incongruentes que se torna predecible, aburrida y prescindible en toda su inmensidad.

Mr. Moonlight.

1 comentario:

  1. Pregunto. . . En un mundo donde todo es descartable. . . ¿Será casualidad que un grupo ARGENTINO se mantenga casi 30 años en la ruta? Tengan buena jornada.

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